Misiones está construida sobre diferentes orígenes culturales, razas, acentos o tonadas, colores de piel y otras cualidades que la conforman como crisol de razas. Se podría pensar desde esta descripción, que tanta variedad generaría valores disímiles, más parecida a un mosaico que un crisol, sin embargo, esta tierra tiene en su gente atributos que son inherentes a la identidad de misioneros y una de ellos es la solidaridad.
Vamos a contarte 10 relatos de solidaridad con las personas migrantes que han llegado en los últimos años a esta provincia, cada una de las personas que mencionamos, lo hacen desde sus posibilidades filantrópicas y trascendiendo sus roles en instituciones, coincidentemente aportan sin búsquedas de protagonismo.
La lista es más larga e iremos hablando de los otros en futuras ocasiones, en esta oportunidad elegimos a 10 protagonistas, los consideramos de suma importancia si vamos a hablar de las migraciones recientes y la solidaridad misionera.
Lilian Beck en el centro, a sus lados las Ingenieras Geólogas Noraima y Doraly García, ambas migrantes venezolanas
Lilian Beck en Posadas
Lleva en sus genes ascendencia de varios países de Europa y América; alemana, suiza, irlandesa, italiana y por supuesto de argentina. Su vida transcurrida en este suelo, la convirtió en testigo directa de la conformación de la identidad de la provincia con las diferentes migraciones, su padre el Señor Beck, fue uno de los principales gestores para la comunidad Laociana cuando llegaron en calidad de Refugiados de la ONU en 1979; documentó el proceso de acogida y las dificultades que atravesó la comunidad para su integración e inclusión.
Lilian lleva como bandera el ejemplo de solidaridad de su padre, cuando en 2018 llegó un número importante de venezolanos, huyendo de la crisis humanitaria de aquel país, la Congregación San Pedro de la Iglesia Luterana, reaccionó con la Pastoral a Migrantes y Refugiados de Venezuela, ella asumió parte del liderazgo de ese proyecto, se involucró de manera directa en la asistencia a los migrantes que transitaban o se establecían desde Foz de Iguazú en Brasil y hasta Corrientes capital.
Tres años más tarde la pastoral cesó en funciones, pero la gestión de Lilian trascendió y se mantiene ayudando a muchas familias de migrantes y es que su acción constante, la vinculó a otras comunidades menos visibles pero también vulnerables en diferentes situaciones. Un trabajo ad honorem como parte de su vocación y llamado de Dios, probablemente es una de las persona de esta provincia que más ha llegado directa e indirectamente a las personas migrantes en los últimos años.
René De Lima en Garupá
Suele recorrer los barrios de Garupá, haciendo donaciones de ropas y alimentos a los merenderos o vecinos que le conocen y le piden ayuda, lleva varios años en una gestión silenciosa. Los recursos que entrega, pasan a veces por su mediación con entes del estado provincial y municipal, pero también de su propio bolsillo cuando las necesidades de las personas no están para los tiempos institucionales y él tiene la posibilidad de ayudar.
De la migración esgrime: “Los seres humanos son su familia en general sin banderas ni más condición que ser persona”, refiere que no pertenece a ninguna confesión religiosa, su gestión es por vocación y satisfacción que le da ayudar y ver como la gente se emancipa con poco y toma verdaderamente las riendas de sus vidas.
En los últimos 4 años, ha mantenido el contacto y la solidaridad con la migración venezolana y colombiana principalmente, pero los espacios generados por las diferentes colectividades y el Encuentro Intercultural de Migrantes que celebramos cada diciembre en Posadas, le permitió el contacto y trabajo en conjunto con diferentes colectividades migrantes y de ascendencia migrante.
Durante la Pandemia Mariela traslado y entregó alimentos a los Migrantes en Oberá.
Mariela Villalba en Oberá
Es ceramista, conversadora y alegre, con una energía formidable que la pone recurrentemente a planificar y ejecutar actividades solidarias en diferentes comunidades, cuando los venezolanos llegaron a Oberá, ella no les hizo esperar, conjuntamente con su esposo, el Pastor Fabián Paré y varios grupos de damas, la Iglesia Luterana de Oberá, la de Posadas y Arepa Viva, diseñaron dispositivos de ayuda y atención a los recién llegados, quienes traían las dificultades propias de los desplazamientos forzados, las heridas profundas y dolorosas por los afectos quedados atrás.
Así puso su auto a disposición para traslados de alimentos y enceres, sus redes fueron movilizadas, su tiempo reorganizado y se convirtió en un motor para la contención de los migrantes en Oberá, algunos consiguieron trabajos, espacios habitacionales y otras oportunidades. Se aparta de las cámaras y el protagonismo, es de perfil bajo, tanto como abnegada y dispuesta para las buenas causas.
Mama Carmen en Puerto Iguazú
Argentina de origen paraguayo, enfermera de profesión y dueña de un espacio solidario en Puerto Iguazú, al que la mayoría lo reconoce como el hostal de Mama Carmen.
Es de andar apacible y mirada enternecida, como todas las señoras sabias y sensibles hablar con ella es apasionante. En los últimos cinco años ha recibido a muchos migrantes de diferentes nacionalidades cobrando muy poco o nada por pernoctar en su hostal, algunas veces principalmente en las temporadas de invierno salía a dar una vuelta a la terminal de ómnibus, donde encontró a mucha gente sin posibilidad de pagar un lugar donde pasar la noche o alimentarse, para ella su vocación es también la gracia de Dios que moviliza a atender a las personas.
Valeria Torres en Posadas
Valeria es joven y se emociona con las buenas causas, habla con compromiso y procura ser cabal en cada propósito, la migración la analiza desde el sufrimiento que causan las barreras innecesarias que les impide regularizarse como ciudadanos con acceso a derechos, además de las cargas emocionales, duelos y dolores que llevan los migrantes, especialmente los que expulsados por situaciones terribles, dejan sus lugares de origen.
En su vida ha tenido experiencias que le marcaron con sabor amargo, “El rechazo, discriminación, bullying, exclusión y la poca responsabilidad de quienes deben cuidar y apoyarnos”, habla de familia, sociedad, y país.
Piensa que con sus acciones no puede resolver la vida de las personas, pero le reconforta salvar de las situaciones duras a quien puede ayudar, sin embargo, levanta la vista como calculando respuestas y señala: “En algún punto de nuestras vidas podemos hacer algo para transformar la sociedad y hacerla más justa”.
Es muy grande el número de personas migrantes de diferentes nacionalidades que la recuerdan apacible y empática, Valeria como otras personas de esta provincia son gente que representan una puerta acogedora a este país.
Amelia Pipi Tomas en Posadas
Amelia es de talante especial, actúa rápida y a veces sigilosa, ordena y gestiona, asesora, sugiere, aporta de su conocimiento, redes y contactos para ayudar a quienes tengan necesidad de ser asistidos, su sapiencia sobre la sociedad misionera ha estado disponible para muchos migrantes.
Whatsapp cobra sentido oportuno en las conversaciones con ella, dice lo necesario y hace más de lo esperado; a través de la Organización Arepa Viva, son muchas las personas que se han vinculado a lugares de trabajo, o se les ha conseguido solución a sus dificultades con el accionar solidario de Amelia.
El impacto que tiene en las poblaciones fragilizadas es grande, solo que pocas veces o nunca, se arroga la autoría de esas gestiones, permanece siempre fuera de los protagonismos pero con incólume vocación filantrópica para quien le requiere.
Lucho Ripoll en Garupá
Lucho Ripoll es el actual intendente de Garupá, sus acciones de solidaridad le anteceden al rol de funcionario, comenta que de chico, su familia le motivó a apoyar a otros miembros de la comunidad, en esa cercanía que tienen los cómpas, chamigos, el parce o el pana.
Cuando la Congregación San Pedro inició gestiones con migrantes en su sede de Garupá, fue uno de los primeros en estar presentes para ponerse a disposición como intendente y como vecino, utilizó sus redes de contactos para ayudar a los recién llegados, facilitó la formación y apoyo para obtener el carnet de manipulación de alimentos, que para muchos fue su primer documento argentino.
Después de 5 años sigue cercano y solidario, y en conversaciones informales, dice que Misiones es de migraciones, “es imposible no ponerlas en valor. El país, pero especialmente Misiones basó su población en corrientes migratorias, empujados por diferentes situaciones, pero eso generó que la provincia se haya nutrido con gente buena y trabajadora, hicieron su vida y han aportado a lo que somos como provincia y nos da la posibilidad de interactuar desde miradas tan diversas para el mismo objetivo que es tener la provincia que queremos”.
Desirée Vogt de Messi en Posadas
Lleva en corazón y mente diferentes códigos culturales, pertenece a la comunidad alemana, francesa, argentina y venezolana por adopción, varias damas venezolanas la tienen en alta estima por su cualidad de acompañarlas en momentos de aflicción y necesidad.
Desde la congregación San Pedro ha hecho muchos aportes a los programas de migrantes, pero por iniciativa propia también se acerca a varias personas a quienes apoya de distintas maneras que a ella le sean posibles.
Lleva en su vos la paciencia y serenidad que se necesita para calmar a los que sufren, “llora cuando hay que llorar y canta cuando hay que hacerlo” dice un poema, en su proceso de escucha se obliga a movilizar lo que está a su alcance para gestionar soluciones por el otro, no hablamos de migrante solamente, hablamos de todos los que Desirée toca con sus palabras, manos y corazón.
Fernando Ariel González Muller en Posadas
Este profesional carpintero se solidarizó con la migración venezolana apenas llegó a Posadas; fue recurrentemente al centro de refugio en Garupá, para apoyar en el acondicionamiento del lugar, ayudó con mudanza, búsquedas de oportunidades de trabajo, buscar alquileres e incluso compartió sus changas, incluso prestó su casa para las familias que no tenían donde iniciar su nueva vida en este país.
Cinco años tiene haciendo trabajos y aportes solidarios, recuerda y está pendiente de las persona que el directamente apoyó.
Julian Seniuk con migrantes venezolanos en una charla sobre acceso a derechos en Oberá en 2019
Julián Seniuk en Posadas
Abogado de Profesión, en 2019 cuando recién pisamos el suelo misionero, era el titular del INADI, fuimos a varias ciudades de la provincia y fuera de ella para dar charlas de sensibilización sobre la situación de los migrantes, asesoró las primeras iniciativas de organización de la comunidad venezolana, y ha estado disponible desde entonces para ayudar. Cada vez que se necesita el aporte de un especialista en leyes los migrantes reciben solidariamente la asistencia de Julián.
Recientemente se incorporó a los espacio de encuentro intercultural desde la comunidad ucraniana, la filantropía de Julián no se agota en la comunidad migrante, por el contrario, suele estar con varios grupos o colectivos vulnerados apoyándolos constantemente.
Por: José León Toro Mejías